Llegó a mi casa hace casi casi 2 años. Flaco, con los pelos parados, mordiendo a diestra y siniestra sin motivo alguno, con su lata de atún y en una cajita de aceite...la marca?, no la recuerdo. Ah!! y una fundita o colchita que hacía las de covertor o sábana o como le llames tú.
Lo recogí del trabajo de mi hermana, después de salir de la universidad y antes de almorzar. Todavía recuerdo lo pequeño que se le veía y lo lloron que era, cosa que no ha cmabiado mucho porque este gato si no llora no es feliz.
Traga su plato de Friskies como si el mundo se fuera a acabar, suele dejar algo para pedir que le sirvan. Ajá, pide, como llorando pues!. Igual con su atún, que no come cualquier marca. Cuando no es el suyo lo deja, total el no compra ni gasta jajajaja.
Al otro mes se cumplen 2 años de su llegada a nuestra familia, ahora suya también. Espero que este dure mucho tiempo más que Gringo, el gato anterior.
Pipo bien podría ser Pipa jajaja, lo caparon de chiquitoon para que no se vaya por los techos a buscar gatas, sube pero de las divisiones de las casas no pasa.
Miedoso ante cualquier ruido y jodidamente pleitista con el perro, así es nuestro gato.
Particularmente quiero a este gato porque sea la hora que sea baja a recibirme, claro que también me pide comida pero será una con otra pues. Me muerde los brazos y es en esas ocasiones que me provoca estrellarlo contra la pared.
Ese fue Pipo, el gato de la familia que ahora ya tiene el pelo pegado al cuerpo y no tiene pinta de gato chusco jajajaja.